«No podemos permitirnos una situación en la que no haya Convenio Nacional»

Se han iniciado las negociaciones para un nuevo Convenio Nacional (LMV) en el sector de la construcción. El Secretario Central de Syna, Johann Tscherrig, nos habla sobre las negociaciones, sus dificultades y cómo ve la situación.

Johann, Ha llegado la hora de actuar. ¿Por qué precisamente ahora?

Johann Tscherrig: La actual LMV solo será válida hasta finales de 2022. Es la hora de renegociarla y mejorarla. Si no se llega a un acuerdo con los empresarios, existe la posibilidad de estar en una situación en la que no haya Convenio Nacional

¿Ha ocurrido antes?

¿Qué tan grave es esto?

Para los trabajadores de la construcción, estar sin Convenio Nacional es inaceptable. Es posible sobrellevar esta situación durante un período de tiempo corto. Durante este tiempo, se siguen aplicando las disposiciones de la antigua LMV. En caso contrario, los empresarios tendrían que dar un aviso de rescisión antes de modificarla. Esta situación no la veo posible a corto plazo.

¿Y si la ausencia de LMV se prolonga en el tiempo?

Se podría dar una situación muy desagradable para los trabajadores. Los empresarios seguramente rebajarían las condiciones laborales según las disposiciones del Código de Obligaciones (OR). Quizás solo tendríamos cuatro semanas de vacaciones, en vez de cinco. Puede haber modificaciones en torno a la cantidad de horas semanales laborables o incluso suprimirse el decimotercer sueldo.

El pasado otoño, más de 17 500 trabajadores de la construcción votaron sus reclamaciones para el nuevo LMV. ¿Cómo vez el estado de ánimo de los trabajadores?

¡Tenso! Muchos se sienten abandonados. Llevan dos años sin recibir un aumento salarial, al contrario de otros trabajos. Asimismo, las condiciones higiénicas de las obras son normalmente muy malas. Urge hacer algo ahora ya.

¿Los empresarios se dan cuenta de la situación?

En teoría, sí. Dicen que quieren negociar una nueva LMV. La pregunta es cuanto están dispuestos a transar. Hay divergencias de opiniones en cuanto a la carga laboral, flexibilización y las horas extraordinarias. Los cambios no se pueden hacer de forma unilateral, eso los trabajadores no lo aceptarían bajo ningún punto de vista.

¿Cómo van las negociaciones con la Sociedad de Empresarios de la Construcción que han comenzado el 28 de febrero?

Aunque sus representantes parecían algo distantes, se notaba un cambio de actitud y voluntad de negociación. Los empresarios tomaron nota de nuestras exigencias, pero no respondieron a ellas ni presentaron requerimientos por su parte.

¿Es optimista respecto a las próximas rondas de negociaciones?

¿Y luego?

Están previstas un total de siete rondas de negociaciones. Hasta el verano, el objetivo será definir la situación. En otoño se concretarán las exigencias y es de esperar que la nueva LMV esté en funcionamiento ya en noviembre. Esperemos que todo vaya bien, pues la presión y el stress en el sector son enormes. No se puede jugar con la salud de los trabajadores.