Hostelera: esperar sin cobrar
Comienza la primavera, pero los restaurantes seguirán cerrados. Así lo decidió el Consejo Federal a mediados de marzo. Y Syna comprende la necesidad de esta medida. Pero no podemos olvidar la extrema incertidumbre y, sobre todo, las consecuencias financieras de esta decisión para los empleados del sector hostelero.
Este texto fue escrito hace algún tiempo, el 22 de marzo. La autora tiene algunas dificultades: ¿Cómo debería describir la situación del sector de la hostelería a finales de marzo en un artículo que nuestros socios leerán a mediados de abril? La situación actual es incierta e imprevisible para todos, pero especialmente para los trabajadores de la industria hostelera.
Sin luz al final del túnel
A mediados de marzo, el Consejo Federal decidió no dar el primer paso hacia la apertura del sector hostelero. Las terrazas permanecen cerradas, contra todo pronóstico. La siguiente fecha mencionada para una posible apertura fue el 22 de abril. ¿Se hará realidad? Lo que los empleados no saben es si podrán reanudar su trabajo en una forma de la cual no tenemos precedentes. La llamada «nueva normalidad» significa, sobre todo, una cosa para el sector hostelero: una completa falta de planificación.
Una situación alarmante
La vida cotidiana del trabajador de la hostelería está marcada por la inseguridad y las crecientes penurias económicas. No existe oportunidad de trabajar, por lo que sus ingresos, ya de por sí bajos, se reducen aún más. Y el despido pende sobre él. Porque el peligro de que la empresa no pueda mantenerse a flote es grande. Pero ¿dónde encontrar un nuevo trabajo? Las vacantes en la industria se han vuelto insuficientes.
Syna está alarmada por la situación actual. Una encuesta realizada entre nuestros socios del sector hostelero nos muestra que la situación es muy tensa para el personal del sector. Dos tercios de los encuestados temen perder su trabajo en un futuro próximo. La mitad de ellos ya no entienden sus propias nóminas salariales: los recibos de compensación por jornada reducida son incomprensibles y a menudo contienen errores. Y un tercio de los encuestados se ve afectado con menos horas de trabajo a causa de los cierres.
¡No a costa de los trabajadores!
Las empresas están obligadas a emitir nóminas salariales transparentes y sobre todo correctas. Se debe aplicar la prestación por jornada reducida de forma exacta y ordenada. Los controles y las sanciones parecen ser un medio ineludible en este caso. Las horas no pagadas debido a los cierres a causa del coronavirus deben ser abonadas. No está permitido trasladar el riesgo empresarial a los trabajadores.
Las medidas de protección a causa del coronavirus son necesarias e importantes. Pero el bienestar de muchos empleados del sector hostelero no debería resentirse por ningún motivo.