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NO a la Iniciativa de Limitación: La iniciativa afecta a la economía

En lugar de proteger nuestros salarios y condiciones laborales, la Iniciativa de Limitación nos trae menos protección e inseguridad Es por eso que se necesita un contundente NO en las urnas este 27 de septiembre.

La crisis del coronavirus nos ha demostrado la influencia que tienen las fronteras cerradas en la economía suiza y lo mucho que nosotros, como pequeña nación exportadora, dependemos de unas relaciones funcionales con nuestros vecinos. Pero esto es precisamente lo que la iniciativa pone en riesgo: un Si llevaría al término de la libre circulación de personas y, por lo tanto, de todos los acuerdos bilaterales. Esto causaría un daño profundo a la economía, y por consiguiente, también a los trabajadores. En lugar de proteger los sueldos, como promete la iniciativa, estos incluso se estarían en peligro. Las medidas anexas (FlaM) introducidas en conjunto con la libre circulación de personas serían historia con la iniciativa.

Sin libre circulación de personas no hay FlaM

Hoy en día, el FlaM garantiza los salarios por el trabajo realizado en Suiza, independiente de la nacionalidad de los trabajadores. Para garantizar que esto se aplique de forma justa, el FlaM prevé controles y sanciones en caso de violaciones a la norma. El FlaM impide así que los trabajadores extranjeros trabajen aquí con salarios de dumping y en malas condiciones. Esto también protege los salarios y las condiciones de trabajo de los trabajadores suizos. Esta protección cesaría con la terminación de la libre circulación de personas.

¿Dónde está la gente?

La protección de los salarios no es lo único que echaríamos dolorosamente de menos en Suiza después del término de la libre circulación de personas: También extrañaríamos a la gente. Tomemos como ejemplo a Manuel de Guinea-Bissau, que ha trabajado en la construcción en Suiza durante muchos años. Junto con muchos otros inmigrantes, constituyen dos tercios de todos los empleados permanentes de la industria de la construcción. Una cifra que, por cierto, no ha cambiado ni siquiera con la introducción de la libre circulación de personas. O Andrea de Alemania, a quien aplaudimos esta primavera. Sin los migrantes, la escasez de trabajadores cualificados en el sector de la salud sería aún más grave. Todos ellos hacen una valiosa contribución a la comunidad. Trabajan en donde no hay suficiente trabajadores suizos. Son importantes para el funcionamiento de la economía, beneficiando a Suiza entera. Y son, sobre todo, una cosa: parte de nuestra sociedad.

La cohesión social en peligro

La adopción de esta iniciativa pondría en duda el derecho de residencia de muchos. Una parte de nuestra sociedad -colegas, vecinos, amigos, compañeros de club y de sindicato- ya no podría estar segura de sí se les permitiría quedarse aquí si algo cambia en su relación laboral. De pronto se les trataría de forma desigual. Esto es injusto y debilita la cohesión social.

Sobre todo, la Iniciativa de Limitación perjudica a los trabajadores. Es un ataque a la protección de nuestros salarios y condiciones laborales. ¡Por lo tanto, votaremos NO a la Iniciativa de Limitación el 27 de septiembre!

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