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Exitosa semana de campaña

Dependientas de tiendas, enfermeras, personal de servicio, peluqueros, limpiadores y muchas más: todas ellos trabajan en el área de servicios en condiciones laborales precarias. Es por esto que a principios de junio, Syna salió a la calle para demandar una mejora a sus condiciones laborales.

Precário – segundo o Duden, o dicionário ortográfico da língua alemã, esta é uma «situação difícil, situação social problemática», provocada, por exemplo, por «relações de trabalho sem segurança social». Isto inclui a proteção inadequada contra demissões, o trabalho por chamada sem horas de trabalho fixas ou mesmo a falta de previdência profissional, por exemplo, quando se trabalha a tempo reduzido. Mas os fatores como baixos rendimentos e horários de trabalho não regulamentados ou muito irregulares também contribuem para as condições laborais precárias.

Las perjudicadas en su mayoría son mujeres
Afecta a los limpiadores, que trabajan sobre todo en las horas de menor público y que, idealmente, deberían ser invisibles para el cliente. Afecta al empleado de servicios que recorre algunos kilómetros al día en el trabajo, pero que pocas veces tiene un fin de semana libre. Afecta a la dependienta y a la peluquera, con cuyo salario apenas llega a fin de mes a pesar de su extensa jornada laboral. Y afecta al cuidador que es responsable de la vida y el bienestar de las personas y que, sin embargo, no tendrá una pensión suficiente en la vejez.
Tanto los hombres como las mujeres pueden verse afectados por las condiciones de trabajo precarias. Pero son especialmente frecuentes en las industrias de servicios, donde la mayoría de los trabajadores son mujeres.
Jugo de manzana para la energía
En la calle preguntamos a los transeúntes qué opinaban sobre la igualdad. Los confrontamos con la discriminación que aun hoy existe en el mundo laboral. No pocos reaccionaron con escepticismo, para luego detenerse y leer detenidamente nuestro folleto. En nuestros puestos de información, tuvieron la oportunidad de conversar más a fondo con los trabajadores de Syna.
Visitamos varias tiendas, peluquerías, gasolineras, restaurantes y panaderías y preguntamos a los directores de los comercios y a los empleados su opinión sobre la situación. «Un salario más alto es impensable mientras los clientes no estén listos para pagar más por un corte de pelo», dice una peluquera de Chur, por ejemplo. Y complementa: «Pero todavía puedo vivir con eso. Pero que sólo tengamos cuatro semanas de vacaciones... ¡eso está mal!»
También visitamos las residencias de ancianos y los hospitales. En Jura, distribuimos jugo de manzana a las enfermeras y cuidadores. Porque para luchar contra las malas condiciones laborales se necesita mucha energía.
La solidaridad nos hace fuertes

Nuestra campaña tiene sobre todo una meta: mostrarle a las mujeres que no están solas. Sus compañeras lo tienen igual de difícil, así como muchísimas trabajadoras de otras empresas y sectores. Y eso es precisamente el quid del asunto: estando sola es difícil defenderse ¡Pero juntas somos fuertes!


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